La autoexigencia contra la complacencia
La búsqueda interior contra la busqueda exterior
La fuerza que te hace seguir creciendo contra la fuerza que acepta las cosas como están
¿Puede existir la búsqueda de la perfección sin el automachaque?
Hablo de ese constante martillo que golpea tu cabeza un domingo a las 6 de la mañana, recordandote, ahora que ha terminado la navidad, todas las cosas que no has hecho este año. Todas esas ideas que no has llevado a cabo y te torturan por ello. No solo por no haberlas realizado, también quieres entender por qué no lo has hecho ¿Algún sentimiento encontrado relacionado con esa decisión? ¿ O debes asumir que simplemente no puedes intentar hacer más cosas?
Aceptar esta última premisa significa complacencia. No es cuestión de falta de tiempo, pero si puede ser cuestión de concentración. Si el tiempo es limitado, la capacidad de concentración aún lo es más. Si pretendes imprimir unos criterios de calidad en aquello que haces, simplemente tienes que centrarte en lo que estás haciendo y dedicarle tiempo. No conozco otra manera.
Esta reflexión no alivia la dicotomía entre estas dos fuerza, pero si puede dar una respuesta al problema que la genera: La concentración. Por eso puede ser un buen método el que usaba Steve Jobs.
Uno de los principios de Apple era concentración. Concentrate en lo importante como si fueras un rayo laser. Una vez al año, se reunían los 100 mejores trabajadores de Apple en un retiro que duraba varios días. Estos iban proponiendo ideas sobre qué debía hacer la compañía en el próximo año. Al final elaboraban una lista de 10 proyectos y Steve Jobs tachaba 7 de ellas y decía: “solo podemos hacer 3”.
Apliquemos esto a nosotros mismos!
Seguro que hay más personas que como yo, son un torbellino de generar ideas. (La mayoría malas, por supuesto). Esto crea cierta parálisis. Coge tus mejores 10 ideas para este año y tacha 7.
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