Mirar conscientemente a tu alrededor
40.000 impactos publicitarios al día. Aún viendo esta cifra en diferentes medios y artículos, me resisto a asumirla por su dimensión.
Aunque el objetivo de cualquier anuncio es vender, este es el objetivo final. El objetivo primario y sin el cual no comienza el proceso es captar tu atención. Como describe el modelo AIDA de venta, el primer punto es la Atención. En un primer momento, lo que busca cualquier impacto publicitario es llamar tu atención y mantenerla el mayor tiempo posible. Cualquier persona que haya vendido sabe que un solo impacto no es suficiente, necesitamos generar familiaridad con el producto que vendemos antes de que el cliente esté dispuesto a realizar su compra, es decir tiene que dedicar su atención continuadamente.
Este efecto lo explica perfectamente el libro Think fast think slow, tenemos dos sistemas para procesa la información, uno rápido y otro lento, el rápido e instintivo que nos salva de que nos atropelle un coche y el lento y reflexivo que nos permite realizar cálculos matemáticos. Nuestro sistema 1 tiene una armadura frente a que nos vendan lo que ocurre es que cada persona tienen la armadura de un grosor diferente. Pero es totalmente necesario que nuestra publicidad se dirija de manera directa hacia este sistema 1 ya que si no llamamos la atención no ocurrirá nada más
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